Por Miguel Ángel Pichardo Reyes
AlterSoma
El Trance Sexoenergético es una técnica para alcanzar el éxtasis a través de la activación de la energía sexual, también denominada Shakti. Durante este éxtasis es posible profundizar en las memorias sexuales traumáticas para poderlas liberar y expresar, y con esto llevar a cabo un desbloqueo sexoenergético que permita la emergencia de la potencia sexual.
El trance es un estado de conciencia distinto a la vigilia o al sueño, de hecho, es un ensueño, un estado de expansión de la conciencia, donde el yo vigilante se desvanece y con ellos las defensas bajan para poder acceder al material del inconsciente reprimido: nuestra sombra.
Durante este descenso a las profundidades de la sombra la practicante lleva a cabo una exploración de memorias sensoriales y biográficas, a veces emergiendo memorias olvidadas, o memorias reprimidas que parecen sueños, pero la mayoría de las veces surgen memorias corporales y viscerales con contenidos emocionales y respuestas vegetativas: asco, náuseas, vómito, temblores, etc.
“Tocar” las memorias de las heridas que se esconden en la oscuridad de la sombra, permite liberarlas para iluminarlas con la luz del amor que proviene del corazón. Esto supone descender a los infiernos para que nuestro Yo muera y renazca nuestro Ser a la luz. Es aquí donde se produce la alquimia de la conciencia, es ahí donde se lleva a cabo la auténtica expansión de la conciencia, superando los límites de las memorias traumáticas.
El “renacimiento” que surge de esta experiencia de contacto con la sombra conlleva un movimiento del alma en el cuerpo, un desprendimiento para poder acomodarse nuevamente al cuerpo, un acoplamiento del alma-cuerpo. Este acoplamiento trae consigo una experiencia de profunda paz y tranquilidad, una sensación de vacío pleno: he aquí el descanso del espíritu o el éxtasis místico.
El Trance Sexoenergético es un viaje cíclico en espirales, de descenso a la sombra, muerte y renacimiento a la luz y el amor, pero cuando se vuelve a descender no es al mismo lugar ni de la misma forma, el siguiente descenso ya trae consigo la fuerza del amor del corazón, de esta forma el miedo a los descensos es superado por el amor.
El viaje extático del Trance Sexoenergético tiene tres momentos importantes: el ascenso de Shakti, el descenso a la sombra y el descanso espiritual. Cada uno de estos tres momentos a su vez se puede subdividir en más momentos, sin embargo, estos tres momentos marcan la pauta para el trabajo de sanación y unión mística.
El ascenso de Shakti permite experimentar las corrientes vegetativas sexoenergéticas en todo el cuerpo. Se trata de una experiencia de activación, concentración y expansión de la energía sexual. Esta activación, concentración y expansión conforman lo que llamamos “potencia orgámica”. A este estado lo hemos denominado como Estados Orgásmicos de Conciencia (E.O.C.).
Los Estados Orgásmicos de Conciencia son estados que se pueden experimentar en un encuentro erótico y sexual, ya sea a través de las caricias o el clímax durante la relación sexual. Sin embargo, existen escuelas esotéricas y místicas que han desarrollado una tecnología para poder experimentar estos Estados Orgásmicos de Conciencia; el Tantra con sus rituales sexuales, o el Taoísmo con su Kung Fu sexual, son algunas de las tradiciones orientales. Para estas tradiciones los E.O.C. son experiencias de conexión y fusión con la divinidad, aparte de incrementar la acumulación de Energía Sexual en el organismo, aumentando con esto la vitalidad, el desbloqueo emocional y la capacidad para experimentar el placer.
El Trance Sexoenergético propicia estos E.O.C. como un recurso espiritual y terapéutico, ya que la exploración de estos estados permite el autoconocimiento, la unidad espiritual y la sanación de las memorias de las heridas. A diferencia del Tantra y el Taoísmo, el Trance Sexoenergético tiene un objetivo terapéutico: sanar las memorias traumáticas en general, y las sexuales en particular.
El viaje de la Shakti sigue esta cartografía espiritual del ascenso místico a los E.O.C.: activación, ascenso, concentración y expansión. Es en esa expansión de la Shakti donde se experimenta los Estados Orgásmicos de Conciencia. En este estado puede haber variaciones de tiempo, puede durar desde segundos o puede durar hasta horas. Se trata de un trabajo de mucha exigencia física, por lo que la edad, el estado de salud y la condición física serán un factor importante. Pero sobre todo serán los bloqueos sexuales los que impidan despertar la Shakti.
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